02/03/2014
La Agrupación de Veteranos “Pedro Arias” y la Asociación de Marcha visitaron días atrás la localidad de Siján, en el departamento Pomán, para efectuar donaciones.
Las mismas consistieron en elementos recaudados el pasado 1 de febrero durante el “Maratón Solidario por Siján” y en días posteriores para los damnificados por el alud que azotó a algunas familias en ésta localidad.
“Esta campaña llevada adelante en forma conjunta con el Círculo de Periodistas Deportivos de Catamarca y la adhesión de la Secretaría de Estado de Deportes y Recreación de la Provincia, se centró en primera medida para dar una mano a un atleta afectado: Emanuel Valdez, cuya familia perdió todo su hogar y salvó la vida por milagro, ante el barro que cubrió toda su casa y destruyó gran parte de ella. También se pudo colaborar con otras familias damnificadas con los elementos recaudados” indicaron desde la Agrupación “Pedro Arias”.
Igualmente, añadieron: “Si bien, como lo dijimos en una oportunidad, las acciones solidarias quedan en el corazón de cada persona, pero ante una convocatoria pública la gente de Catamarca confió en nosotros, en especial todos los atletas que colaboraron con todo lo que pudieron, entonces queremos de igual manera hacer un gran agradecimiento público, porque esta ayuda fue de todos y llegó de la mejor manera a su destino y se puso de manifiesto el corazón solidario del atletismo de Catamarca y del deporte en especial, como todos los que colaboraron con los hermanos de Siján y El Rodeo”.
Continuando, agregaron que “como atletas teníamos una obligación moral muy grande, puesto que en ese pueblo hemos llevado a cabo gran cantidad de carreras en conjunto con un atleta hijo dilecto de allí, como lo es Gustavo Nieva con su Escuelita de Atletismo ‘Los Mayuatos de Siján’ y quien acompaño los primeros pasos de Emmanuel Valdez en el atletismo, quien llegó a representar a la provincia de Catamarca en distintos eventos del orden regional, nacional e internacional y también representó a la República Argentina, ranqueado a nivel provincial y nacional”.
Luego, remarcaron: “Nuestra intención fue llegar, acompañar y escuchar a todos los que pudimos en una extensa jornada, ver esas calles por donde corríamos totalmente destruidas.
El primer encuentro lo realizamos con la familia de don Teófilo Valdez, su esposa y todos sus hijos; don Teófilo un viejo amigo del atletismo y de las carreras de caballos, cuidador y jockey. Fuimos varios a hacer esta entrega, y no fue fácil aquel encuentro, a más de un mes aun ellos contienen esas lágrimas de impotencia, pero un gran agradecimiento a Dios y la Virgen por permitirles salvar la vida de toda su familia solo por segundos. Creo que a todos se nos hizo un nudo en la garganta mientras dialogábamos con ese hermoso grupo familiar, mientras con la generosidad que caracteriza a la gente del interior nos convidaban unas ricas tortillas a la parrilla”.
En otro pasaje, indicaron que “luego de compartir un momento en la casa que les prestan, nos trasladamos a ver como quedó su casa, y el relato que te lo repiten varias veces, donde solo quedó el recuerdo de miles de cosas y sueños, el quincho desaparecido, la guitarra, las fotos del abuelo, los juguetes de los niños adonde abran ido a parar, la galería y los proyectos destruidos; con casi dos metros de barro nuestras cabezas tocaban el techo, y así fuimos recorriendo habitación por habitación escuchando en silencio el estremecedor relato de esa fatídica noche. El barro aún estaba blando dejando ver algunas pertenencias de la familia, la cucheta de los niños tapada y algún osito en la pared que se resiste a la realidad, pero allí esta. Hay lágrimas que corren lentamente por la mejilla. Emanuel nos señala donde cavó para sacar las zapatillas para poder seguir entrenando, y otras que quedaron como mudos testigos de lo que pasó junto a unos trofeos y medallas desparramados por todos lados”.
Prosiguiendo, la Agrupación relató: “Después continuamos andando guiados por don Teófilo visitando a otras familias que perdieron todo, sobre todo los que habitan la parte alta que jamás volverán a ver lo que fueron sus casas y los recuerdos familiares que quedaron bajo una montaña de piedras. Anita con la mirada fija en los faldeos del Ambato nos partió el corazón a todo el grupo, busca en la distancia lo que fue su casa, y donde solo hay una montaña de piedra, sus animalitos, su grutita que cumpliría 20 años, su santito, la uva que no pudo cosechar donde estarán. No está más el viejo patio que da al callejón, la galería, la hamaca el malvón, los recuerdos de la cocina donde trajinaba mi madre, la olla y el guacha locro jamás volverán. Con un largo relato nos cuenta lo que vivió esa noche, que con la luz del celular pudo salvar su vida, la de su hijo y su nieto, en la penetrante oscuridad y el ruido estremecedor de la creciente, solo Dios sabe cómo pudo escapar y poner a salvo su vida”.
Seguidamente, se expresó que “todos con la ayuda, quizá, necesaria por parte de distintas instituciones, pero que no llena su corazón, aun su mente está en esa noche, y se niegan a aceptar la realidad, lo que pudimos apreciar que más allá de lo material todas estas personas esperan el acompañamiento y el calor humano y no quedar en el olvido, que es la sensación que va ganado espacio día a día, aún esperan quienes pongan el hombro para derramar sus lágrimas y ser escuchados, donde también relatan algunas injusticias”.
En el tramo final, señalan que “después de visitar a varias familias y ver todo que dejo atrás aquella noche de enero, comenzamos nuestra regreso a Capital con aquella dura realidad dando vueltas en nuestras mentes, pero muy contentos porque hemos podido visitar y compartir con amigos de ese hermoso pueblo”.
Y finalizaron, destacando que “con esto queremos agradecer a todos los que colaboraron con esta campaña solidaria del atletismo y del Círculo de Periodistas Deportivos de Catamarca a cargo de Ariel Herrera que en todo momento dijo si a esta iniciativa; también Al Trote Catamarca y Catamarcha. Y por último agradecer a Jorge Segli, Carlos Palacios y Fabián Ponce, quienes facilitaron las camionetas para trasladar los elementos recaudados a Siján”.