12/07/2014
Lucio Augusto Molas contó su experiencia en el tradicional maratón de “La Bandera”, que se corrió en la ciudad de Rosario, su estreno en la distancia de los 42 Km.
El relato de Molas señala lo siguiente: “Un maratón o una maratón es una carrera de larga distancia que consiste en completar 42.195 metros. Su origen se encuentra en el mito de la gesta del soldado griego Filípides, quien en el año 490 a. C. habría muerto de fatiga tras haber corrido unos 37 km desde Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria sobre el ejército persa. En realidad Filípides recorrió el camino desde Atenas hasta Esparta para pedir refuerzos, lo que serían unos 225 kilómetros. Aun así, el mito ganó mucha popularidad sobre lo que realmente sucedió, y en honor a este se creó una competición con el nombre de "maratón", que fue incluida en los juegos de 1896 de Atenas inaugurados por el Barón Pierre de Coubertin. Los 42.195 m por los que hoy día conocemos el Maratón datan del año 1908, cuando se celebraron los Juegos Olímpicos de Londres y la reina estableció, sin quererlo, esta distancia como la distancia oficial de la carrera de resistencia por antonomasia. Esta distancia es la que separa la ciudad inglesa de Windsor del estadio White City, en Londres. Los últimos metros fueron añadidos para que la final tuviera lugar frente al palco presidencial del estadio. La distancia quedó establecida definitivamente como única oficial en el congreso de la IAAF celebrado en Ginebra en 1921, antes de los Juegos Olímpicos de París 1924.
Correr una maratón fue una aspiración que siempre tuve pero nunca me anime a realizarla. Los mayores miedos surgían a último momento y eran muchos: faltaba preparación, un tiempo de entrenamientos imposible de cumplir, demasiados kilómetros para recorrer y el gran cuco de no llegar.
El atletismo no era nuevo para mí. Comencé a correr como entusiasta a partir de los 15 años por los viejos caminos del Jumeal, simplemente porque me daba libertad de la rutina diaria y me ponía en contacto directo con el espíritu y la naturaleza. Sin embargo me anime a competir profesionalmente desde el año 2013, finalizando Campeón Promocionales B – Agrupación Atletas Veteranos Pedro Arias y Subcampeón Duatlón Club Catamarca Pruebas Combinadas. Todo un logro para un principiante!.
En diciembre del año 2013, participe por primera vez, en unos 21 km “la Maratón Internacional de Mar del Plata”, completando una marca de 1 hora 40 minutos (un buen tiempo para ser los primeros). Pude superar con algunas dificultades el miedo de recorrer y completar esta mítica distancia (bajo un sol abrazador). También observe (por primera vez) el desempeño de los maratonistas que recorrieron la distancia preparada para ellos: 42 km. En ese momento pensaba que eran superatletas genéticamente preparado para estos gigantes desafíos. Algo imposible de alcanzar para alguien que completaba a duras penas un 21 k!.
A comienzos del año 2014, por recomendación del Profesor de atletismo Jesús Maza y el ánimo de muchos amigos me puse el firme objetivo de correr un Maratón. Ya no había vuelta atrás y la meta estaba trazada “La XIII Maratón Internacional de la Bandera el 29 de junio de 2014”. Se eligió esa competencia por el gran significado que representaba para todos los argentinos. Por un lado se conmemoraba el 20 de junio “día de la bandera” en honor a la muerte de su creador el Gral. Manuel Belgrano en 1820. Por otro, el lugar donde se realizaba en la principal sede de las conmemoraciones del Día de la Bandera: el Monumento Histórico Nacional a la Bandera, en Rosario, provincia de Santa Fe, lugar en el que la bandera fue izada por primera vez en dos baterías de artillería, ubicadas en orillas opuestas del río Paraná.
Lo primero era encontrar un profesional experimentado del deporte que me entrenara (es fundamental para competencias de largas distancias). Tuve la suerte de hallar al profesor Jesús Maza de la Agrupación de Atletas Veteranos “Pedro Arias” quien desde un primer momento asumió el desafío y acordamos un riguroso plan de entrenamiento de 5 meses que comenzaría a partir de febrero y terminaría en la línea de llegada del Maratón.
Los ejercicios se acordaron realizarlos todas las noches de lunes a viernes en el Dique El Jumeal, único espacio que me permitían mis horarios laborales (soy arquitecto y no dispongo de horarios fijos de trabajo). Los fines de semana completaríamos distancias de “fondo” o “trotes largos de 2 o 3 horas”.
Paralelamente se realizaron estudios médicos con el objetivo de determinar si el organismo estaba en condiciones de hacer una Maratón. Todo salió positivo y seguimos adelante con más fuerza.
También se consulto a una nutricionista que estableció una rigurosa dieta equilibrada en base a proteínas, lípidos y principalmente carbohidratos. A pesar de renunciar a muchas comidas sabrosas que estaba acostumbrado, se respeto la dieta, notando al final del entrenamiento una mejora importante en el organismo, no solo física sino en la salud.
Al principio los entrenamientos fueron relativamente agradables con los calores del verano y el otoño. Pero con la entrada de los fríos de invierno, todo resultaba más dificultoso, con la posibilidad de las lesiones o caer en cama enfermo. La falta de voluntad o pereza era un gran obstáculo que debía superar permanentemente.
En medio del plan de entrenamiento corrimos dos 21 k. La primera fue “Por los Caminos del Vino” en Mendoza en marzo donde salimos 2º en la categoría y la segunda en La Rioja en mayo, ambas con un buen tiempo de 1 hora 27 minutos.
Para afianzar los conocimientos generales de esta competencia (entrenamientos físicos - psicológicos, estudios médicos y nutrición, etc) buscamos información en internet y consultamos bibliografía: “Mi primer Maratón” de Dimas Más, resulto de mucha utilidad.
El gran día llego! Estábamos en la línea de largada el domingo el 29 de junio, frente al Monumento a la Bandera, con cerca de 3000 competidores de todas partes del mundo. Había un clima de euforia, tensión y mucha adrenalina.
El día anterior habíamos llegado a Rosario con un grupo de experimentados deportistas representando a la Agrupación de Atletas de Veteranos “Pedro Arias” de Catamarca.
Largamos a las 9am con un frío intenso (hacían 5ºC). Los primeros 21km se fueron rápidos con un tiempo excelente 1 hora 25 minutos. Los inconvenientes fiscos y psicológicos comenzaron a surgir superada esta distancia. Pasado los 30km las piernas pesaban como piedras y resultaba difícil y doloroso moverlas (la perdida de glucógeno en los músculos estaba haciendo efecto). Paralelamente los pensamientos comenzaron a jugarnos en contra, todo el tiempo surgía la pregunta ¿Qué hacemos acá? La única respuesta que le podíamos dar para no desfallecer era recordar los tiempos invertidos en los entrenamientos, las personas que confiaron en uno y la gran satisfacción de llegar a la meta.
Los últimos kilómetros fueron verdaderamente interminables e intensos. Los tiempos programados para completar la Maratón se transformaron en resistencia para llegar como sea. Sobrevivir corriendo y no abandonar, era el lema más fuerte.
La llegada fue una de las experiencias más emocionantes vividas. Entrar a la meta por un enorme túnel humano cargado de gritos de aliento y entusiasmo fue algo verdaderamente maravilloso. A partir de ese momento la satisfacción de haber cumplido el gran objetivo propuesto hace 5 meses, hacia olvidar todos los dolores y sufrimientos musculares. El tiempo recorrido fue de 3 horas 21 minutos, buena marca para un novato.
Misión cumplida! Habíamos completado la primera Maratón”.