CATAMARCA

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Marquitos, en corazón del atletismo

03/01/2017

Con importante convocatoria de deportistas de distintas disciplinas, el martes 3 se hizo la caminata por Marquitos Romero, a un año del accidente que le costó la vida.

La iniciativa de su familia y amigos tuvo el acompañamiento de la ASOCAT, Agrupación de Atletas Veteranos “Pedro Arias” y de un importante grupo de deportistas.

“Quizá en un momento se pensó en una carrera desde la ciudad hasta El Rodeo o alguna otra clase de homenaje; pero atento a las sugerencias de su mamá Vicky se decidió recordar de esta forma a Marquitos, con una larga caminata de más de cuatro horas a las Sierras Coloradas, teniendo en cuenta del amor de su hijo por las aventuras en la naturaleza, su encanto por las montañas y los ríos de aguas frescas y cristalinas” indicaron desde la ASOCAT.

Luego, añadieron: “Si uno se pone a pensar mientras va caminando,  desde la altura comienza a dominar cada vez más la distancia y la inmensidad, puede ir descubriendo el sentido de la vida, de los que se fueron y de los que aun quedamos peregrinando en esta bendita tierra, ves donde nace un rio y donde termina, donde nace y donde termina la vida. Cómo el cóndor que va y viene y desde lo alto domina todo”.

Asimismo, señalaron que “solo cuando comienzas a ascender allá por el Km. 17 te vas dando cuenta de cuanta belleza, te falta el tiempo para ver y admirar lo bello de nuestros paisajes, cuando mas subes ves toda la quebrada del río El Tala, desde donde nace en las inhóspitas quebradas de las laderas del Ambato, hasta donde se pierden sus aguas allí en las cálidas arenas del Rio Ongolí, todo una paradoja de la vida, que desde el llano no las podemos contemplar”.

Prosiguiendo, indicaron: “Así fuimos ascendiendo cada vez mas hasta que llegamos a un verde portezuelo, casi a mitad del camino, con una vista encantadora de la ciudad Capital y de toda la inmensidad del Ambato, llámese El Rodeo, Las Juntas mas allá, y en la inmensidad el Nevado del Aconquija, para el Este toda la quebrada del Tala, el Mogote, el Pabellón, el Crestón y como Gigante Eterno el impresionante Manchao, todo una maravilla; allí en medio de tanta belleza decidimos armar una coqueta Apacheta que guardará en memoria eterna el recuerdo de Marquitos, allí entre todos los presentes se fue buscando piedras para levantar ese recuerdo de todos sus seres queridos, por un momento se pararon las charlas, las risas y comenzaron a rodar lagrimas de varias mejillas, quizá se las quería disimular, pero el silencio fue ganando el ambiente y ese recuerdo vivo de Marquitos se hizo presente con algunos llantos – cuándo Vicky leyó un poema-  pero allí esta. Allí quedó su recuerdo para siempre, para que todo viajero de las montañas o los huraños arrieros la visiten, un lugar tan privilegiado que muchos soñaron con poseer, pero allí esta nuestro amigo Marquitos, dejándonos su enseñanza de vida de alegría  y de compartir; aquí quedamos nosotros, peleando por entender tu partida, peleando para aceptar la decisión de Dios y luchando por un futuro mejor para nuestros niños. Tu muerte no queda en vano, tu muerte se transformo en la lucha de una madre que supo romper las barreras del dolor para transformarlas en amor. De tu muerte nació una campaña que contempla a todos los niños de Catamarca, una campaña que abrió  los oídos sordos de muchos, una campaña por la Vida: “Catamarca por los Niños”.

Luego, expresaron que “con todo este dolor y la alegría de armar tu ‘casita’ en la montaña, rezamos, lloramos y seguimos camino, fue doloroso partir de ese lugar, pero secamos las lágrimas y continuamos. Visitamos las dos Apachetas que se encuentran más adelante como mudos testigos del paso de montañistas y arrieros; también testigo de las travesuras de GINO ‘el terrible’ que siempre nos acompaña y nos hace renegar un poquito, en la última firmamos el libro de montaña que dejó la AMC, dejamos nuestras dedicatorias y nos despedimos de las verdes  montañas  con el descenso, donde muchos compraron terrenos o bajaron a ‘culopatin’, llegamos con la alegría de haber hecho lo mejor por nuestro amigo Marquitos, un poco extenuados porque el agua que llevamos no fue suficiente a causa del duro calor. Llegamos, nos refrescamos con bebidas fresquitas que nos preparo Vicky y Mario, nos despedimos con un fuerte abrazo hasta la próxima visita, con el agradecimiento de toda la familia por el acompañamiento a Marquitos a un  año de su partida”.

 

Poema a Marquitos a la vida y a su familia

Desde El Cielo

 

No llores, Madre querida,

Seré ahora tu consuelo

Te veo desde arriba,

Mi nueva morada: El Cielo.

 

Sé que paso poco tiempo

Desde que alzara mi vuelo

Dejándote el corazón

Hecho un nudo de pañuelos,

Familiares y amigos,

Compañeritos pequeños

Llorando por mi partida

Suplicándole al Dios Bueno.

 

Pero aquí, ¡qué maravilla!

Si vieras, Madre, ¡qué bello!,

Me recibieron los Ángeles

Saliendo van a mi encuentro

Me hacen rondas festivas,

Cuál de todo el más tierno,

Y sabiendo mi afición

-de correr por los senderos-

Me organizaron carreras

¡Me dejan ganar el juego!

Yo les charlo entusiasmado

Con chistes y algunos cuentos

-esos que aprendí contigo

Desde que yo era pequeño-

Y ellos ríen por mi risa

Y mis ojos de lucero

 

También te diré, Madre,

Reflexiona este secreto:

Que aquí la alegría es Reina

Nadie piensa en el dinero;

Aquí ríen de los hombres

Y su correr por los pesos,

De su ambición insaciable

Que los tiene a todos preso

Y pone rejas a sus almas,

Deja el corazón deshecho.

 

Ya ves, mi Madre Querida,

Esta es mi vida en el Cielo,

Sentado al lado de Dios

Me rodean Ángeles Buenos.

Promete no llorar más,

Deshecha ya esos pañuelos.

Yo bajaré por las noches

Te susurraré en silencio,

No te asustes el escucharme,

Yo velare tu sueño.

Cuando camines sin rumbo

Y creas que vas sin acierto,

Levanta tu frente arriba

Desde esa estrella te veo,

Te alumbraré con mi luz

Yo seré tu Ángel Eterno.

 

Autora: Mirta del Valle Córdoba.

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