Juan Antonio Verón, secretario de la Agrupación de Atletas Veteranos de Catamarca “Pedro Roberto Arias”, describió en una narración la caminata al puesto El Rematillo, en la localidad de Las Juntas (Dpto. Ambato), que la institución efectivizó el pasado sábado 7.
“Como para no desmentir al almanaque, las primeras horas del sábado 7 de marzo de 2009, preanunciaban un día más de calor en Catamarca y, mientras esperábamos en la Alameda el traslado hacia La Juntas en el Departamento Ambato, toda la atención se centra en los “pegatineros” que se disputan las paredes en los últimos minutos de antes de la veda electoral.
Remontando la quebrada la temperie desciende y la hermosa villa veraniega nos recibe con un cielo nublado para iniciar el ascenso.
Hacia el Rematillo, un puesto en estribaciones orientales del Ambato, iniciamos la caminata a las 9 de la mañana un nutrido grupo de adultos, jóvenes y niños.
El paso es sostenido y conducen un viejo veraneante de Las Juntas, Juan López y el profesor Jesús Maza. El conjunto se disgrega según las prestaciones de cada uno, pues mientras algunos mantienen un paso lento pero firme, otros corren en los filos de las lomadas. La Sony de Luís Romero registra uno a uno los muchos momentos de ascenso y los escasos de descenso en la marcha. En la cumbre, Jesús convoca a todos para la foto del grupo…allí supimos que éramos 24, con fotógrafo incluido.
Precisamente, por encima de los 1.800 m .s.n.m. pudimos divisar hacia el oriente el otro valle del mismo Departamento. Partes de La Puerta , Los Varela, la subida a Humaya y hasta algún sector del dique Pirquitas llaman el asombro de los caminantes.
Más fotos, en las verdes lomadas gozan su plena libertad una tropilla de caballos y algunos vacunos ariscos.
Antes de bajar al puesto, el grupo se disgrega, las mujeres de la familia de Omar Castillo (su esposa e hija ambas de nombre Claudia y Laura) y algún varón sienten el esfuerzo y buscan la protección de la sombra de un pequeño churqui, mientras el grueso de los caminantes afrontan el descenso, hacia la precaria construcción enclavada en una cerrada quebrada, pues el puestero sólo habita en lugares en que pueda protegerse de los helados vientos invernales.
Tino Agüero y su esposa Ercilia Olmos saben de nuestra proximidad, no por que avisáramos, sino por que sus oídos están acostumbrados a captar voces en la lejanía, y nos divisan desde su atalaya cuando los jóvenes que encabezan la fila india surgen en El Portezuelo.
La recepción es amistosa, López, habitual visitante de la pareja en los veranos junteños, oficia de guía para los que llegan por primera vez. La casa-obviamente de adobe- está construida para gozar de sombras de sauces, álamos y otras especies originarias regadas por la fresca agua de una vertiente en la cual los visitantes llenan sus cantimploras para la sed del regreso y rescatan plantas de berro para acompañar el asado posterior.
Un par de paneles solares recuperan energía que transforma en eléctrica para iluminación y usos de algunos artefactos que sus moradores disponen para utilizarlo en los muchos momentos de soledad.
Tras media hora para el descanso y la curiosidad, el núcleo emprende el retorno, luego se disocia en un grupo que afronta un regreso mucho más exigente por sobre las cerros más elevados y otro que vuelve sobre los pasos de la ida, en búsqueda de aquellos que prefirieron un esfuerzo menor. Francisco “Pancho” Cejas cierra el grupo más lento siempre en afán solidario con cualquier compañero del camino y su esposa, Ramonita Ibáñez, se adelanta en este grupo para ganar el desafío con los “rápidos” cuando las dos rutas se encuentran.
Romero-el fotógrafo- no cesa de captar cada una de las alternativas del viaje y agrega imágenes a su cámara que al final del día superó el medio millar de instantáneas.
Pasado el mediodía, tras cuatro horas de exigencias, el grupo está llegando a la villa con un sol que ahora si aprieta.
La casa de López es el refugio para el descanso posterior y mientras un grupo se hace cargo de la parrilla, las mujeres preparan ensaladas y los niños y jóvenes gozan en las frescas aguas del río Las Juntas que pasa por los fondos de la vivienda.
Anécdotas, risas y un clima distendido marcan el clima en al almuerzo criollo compartido por todos, en donde no faltan las bromas y algunas reflexiones. El retorno con las primeras sombras de la noche nos trajo a la ciudad para volver a nuestra habitualidad después de una jornada llena de vivencias.
Además de los nombrados en la crónica, afrontaron la caminata “los Maza” Gladys, esposa de Jesús y sus hijos Paola, Emmanuel, Gabriel y Milagros. Ángelo y Walter hijos de “los Cejas”, Gaby Delgado, Sarita Espeche. “el Chelo” Fabricius, Fabián Castillo, Nora Flores, Carolina Mercado y Viviana Moreira también aportaron su juventud”.
Como sigue
Esta actividad organizada por la Agrupación “Pedro Roberto Arias” está inserta en el Programa anual que la entidad organiza conjuntamente con el Sanatorio Pasteur destinado a difundir actividades recreativas, preventivas y deportivas dentro del Área Ambiente, Deporte y Calidad de Vida como parte de las celebraciones de los 50 años del principal centro de salud privado de la Provincia que se celebrará el 21 de Setiembre próximo, día en la que se disputará una mega maratón.
En los próximos meses están previstas dos ascensiones más siempre en la cadena ambateña. La primera al Mogote del Carrizal (2.400 msnm) arrancando desde la cumbre de la cuesta a El Rodeo para afrontar finalmente el Cerro El Crestón (2.960 msnm). Igualmente, están programadas múltiples actividades al aire libre para diferentes destinatarios.
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